MOTIVACIÓN ESCOLAR. 

Reflexivo, Crítico, Transformador.

APRENDER A PENSAR.

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MOTIVACIÓN Y TRANSFORMACIÓN.

Como podéis ver voy hablar de cómo en la metodología la  motivación escolar constituye uno de los factores psico-educativos que más influyen en la educación. 

La motivación escolar conlleva, una compleja interrelación de diversos componentes cognitivos, afectivos, sociales y de carácter académicos, que influyen en los alumnos y en los profesores.

La motivación significa proporcionar y fomentar motivos, es decir, estimula la voluntad por aprender y en el contexto de la clase donde la motivación del estudiante permite ver en que medida los alumnos ponen su atención y esfuerzo en asuntos que pueden o no ser los que deseen los profesores, pero en todo caso se involucran en las actividades propuestas.

Desde la perspectiva cognitiva y humanista el papel del profesor en el ámbito de la motivación está centrado en motivar a los alumnos para que realicen de forma voluntaria los aprendizajes y comportamientos para desarrollar actividades, de manera que los alumnos a gusto y se aprendan su utilidad personal y social.

Para que exista motivación, tanto el profesor como el alumno tiene que tener en cuenta la interdependencia entre: Despertar el interés en el alumno y llamar su atención, estimula el deseo de aprender, que implica constancia y esfuerzo al logro de los fines. Por lo tanto se puede decir que el papel de la motivación en el logro del aprendizaje significativo se relaciona fomentando al alumno el interés  y el interés y el esfuerzo necesario, siendo la labor del profesor ofrecer la dirección y la guía en cada situación.

                                                                                                      

También comentar que la segunda documentación aportada en el campus sobre la motivación, nos plantea Platón que el fin de la educación era enseñar a desear lo deseable. “La esencia del hombre es el deseo”, nacemos con necesidades que se plantean como deseos.      

Según algunos investigadores, las teorías actuales de la motivación son incompletas porque se fundamentan solo en la motivación personal. Son pues hedonistas, se han olvidado del sentido de la obligación como fuerza motivacional.

                                                       

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Es evidente, que hay que motivar al alumno para que tenga ganas de hacer algo, pero también hay que enseñarle que hay cosas que tienen que hacer, aunque no tengan ganas, es decir, sin estar motivados. El sentido del deber es un hábito que debemos inculcar, aunque no se deben dejar dirigir por “deberes indebidos”.

                                       
José Antonio Marina es catedrático de Instituto, filósofo y ensayista. Ha centrado su labor investigadora en el estudio de la inteligencia. Es autor, entre otros muchos ensayos, de Elogio y refutación del ingenio (Premio Anagrama de Ensayo y Premio Nacional de Ensayo), Teoría de la inteligencia creadora, Ética para náufragos, La inteligencia fracasada y Por qué soy cristiano. Es colaborador habitual en prensa, radio y televisión. Actualmente se encuentra comprometido con los proyectos Movilización Educativa y la Universidad de Padres, que tienen por fin enfrentar los retos educativos del presente.